La industria alimentaria tiene una particularidad y es que siempre se le echa la culpa de todo.
¡La culpa de la obesidad es de la industria alimentaria!
¡Maldita industria alimentaria!
¡No deberían permitirles fabricar esos productos!
¡Nos quieren enfermar!
¡No se preocupan de nuestra salud, solo piensan en el dinero!
jaja, esa última me hace mucha gracia ¿En qué quieres que piensen?
Yo estudié Administración y Dirección de Empresas y en 5 años de carrera nunca vi ni una asignatura donde dijera que una empresa debe preocuparse por el bienestar y la salud de la población.
Hasta donde yo sé, una empresa se crea para ganar dinero, no para jugar a las casitas.
Este es un tema que yo tengo muy claro, y mi opinión es bastante crítica.
Si tienes sobrepeso, si estás a las puertas de la diabetes tipo 2 o si el colesterol no te lo baja ni un palé de Danacol, es responsabilidad tuya.
Ni de la industria alimentaria ni de nadie más.
Tuya.
Esto hay gente que no lo comprende.
Una vez, una oyente del podcast me reprochó mi postura y me hablaba de «responsabilidades compartidas».
Yo no sé que es eso.
Solo sé que puede haber miles de alimentos basura en el supermercado, pero al final, quien los mete en el carro de la compra eres tú, no es Nestlé.
En ninguna otra situación se nos pasa por la cabeza eludir nuestras responsabilidades.
Sería como echarle la culpa de que yo corra con el coche a Jaguar.
O como echarle la culpa de que yo fume a Camel.
Nadie con 2 dedos de frente hace eso.
Entonces, ¿La culpa de correr con el coche la tengo yo, pero de inflarme a Donuts la tiene Bimbo?
Mmmm… Yo no compro esa teoría.
No me gusta evadir mi responsabilidad.
Además, asumir tu responsabilidad es lo que te hace tener el control. Y para mejorar tu cuerpo necesitas tener el control.
Si piensas que la culpa de tu situación la tiene la industria alimentaria, eso te deja en una posición de mucha desventaja porque la industria alimentaria, te guste o no, no va a cambiar. Seguirá enfocada a ganar dinero.
Como cualquier otra industria.
Así que, si piensas que la responsabilidad es suya, le estás dando el control a ella y tácitamente estás diciendo que tú no puedes hacer nada.
Bueno sí, quejarte.
Es absurdo… Así nunca podrás mejorar en nada.
Una vez que te das cuenta que la responsabilidad es tuya, eso te vuelve a poner en una posición de ventaja y de control ante la situación.
Si suspendes una asignatura, la responsabilidad es tuya, no del profesor.
Si el entrenador no te saca, la responsabilidad es tuya, no del entrenador.
Si no asciendes en el trabajo, la responsabilidad es tuya, no de tu jefe.
Si te miras al espejo y no te gusta lo que ves, la responsabilidad es tuya y no de ninguna industria diabólica.
¿Qué quiero decir con todo esto?
Que no te victimices ni trates de ir en contra de una industria.
En lugar de pretender que una industria o un Estado se preocupe por tu salud ¿Por qué no te preocupas tú por ella?
Mi forma de trabajar no implica patalear en contra de ninguna industria. Yo solamente te enseño a tomar mejores decisiones, a que aprendas lo que es suficiente, lo que es demasiado, y lo que es más importante para mejorar tu físico y verte en el espejo como te gustaría.
Ahora tienes 2 opciones: Seguir echándole la culpa a tu entorno y creer en «responsabilidades compartidas» o asumir tu posición actual (para bien o para mal) y hacer algo al respecto.
Si te miras al espejo y te gusta lo que ves, entonces sigue haciendo lo que estás haciendo.
Pero si te miras al espejo y crees que la imagen que muestra no es la que te gustaría ver, entonces no esperes mejorar esa situación evadiendo tu responsabilidad.
Si no te gusta donde estás, muévete. No eres un árbol.
Para eso es para lo que creé mi academia. No es para árboles ni para víctimas. Es para personas que quieren tomar el control de su estilo de vida.
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