Esta popular expresión tiene su origen en una maniobra militar a cargo de Alejandro Magno, que cuando desembarcó con sus tropas en la costa fenicia observó que sus enemigos le triplicaban en número y que su tropa se veía derrotada antes de pisar el campo de batalla.
Inmediatamente mandó quemar todas las naves. Mientras su flota ardía, Alejandro Magno reunió a sus tropas y les dijo lo siguiente:
«Observad cómo se queman los barcos… Esa es la única razón por la que debemos vencer, ya que si no ganamos, no podremos volver a nuestros hogares y ninguno de nosotros podrá reunirse con su familia nuevamente, ni podrá abandonar esta tierra que hoy despreciamos. Debemos salir victoriosos en esta batalla, ya que solo hay un camino de vuelta y es por el mar. Caballeros, cuando regresemos a casa lo haremos de la única forma posible, en los barcos de nuestros enemigos”.
Eso me lleva a pensar, que la responsabilidad de nuestro comportamiento y los resultados que obtenemos siempre van unidos.
Son inseparables.
Esa es una de las razones por las que no me gusta exhibir fotografías de antes y después de mis clientes.
¡Ojo! No digo que esté mal, solo digo que hacerlo sería como atribuirme el mérito de esas fotos.
Y el mérito no es mío.
La contribución de un entrenador siempre es tan importante como marginal.
Por eso ningún entrenador del mundo podrá garantizarte resultados.
Nunca.
Sé que hay algunos que lo hacen, pero eso solo demuestra una falta de profesionalidad enorme o unas ganas de vender que no se aguantan.
En cualquier caso, el mérito de mis clientes siempre es suyo, yo no me lo atribuyo nunca, ni trato de atraer a nadie usando su viaje como escaparate.
Pero al mismo tiempo, si el mérito es suyo, eso significa que la responsabilidad de alcanzar esos resultados (o de no alcanzarlos), también sigue siendo suya.
Por eso mi academia no tiene garantías.
Si no tienes la confianza de que aplicando el material de la academia conseguirás mejorar tu forma física, entonces prefiero que no te apuntes, no pasa nada.
Porque no quiero que te inscribas «por probar».
Porque si no puedes comprometerte contigo mismo, no podrás comprometerte con nadie más.
Porque quiero que quemes las naves.
Es por eso por lo que la academia es un salto sin red.
Solo apto para quienes han decidido por fin cambiar su estilo de vida, sin excusas ni opción B.
Mi academia te guía paso a paso para optimizar tu estilo de vida, pero antes, como ya hizo Alejandro Magno, debes quemar las naves.
Cuando lo hagas y tengas claro que no hay vuelta atrás, es cuando podrás aprovechar al máximo la academia.