¿Puede el ejercicio físico prevenir el cáncer?

Durante uno de sus seminarios, Bob Rakowski le hizo una pregunta a la audiencia:

«¿Cómo se produce un huracán?»

Algunos de los que estaban presentes empezaron a dar las posibles causas que originan los huracanes.

¡Bajas presiones!

¡Altas temperaturas del mar!

¡Mucho viento!

Pero Bob Rakowski cortó a su audiencia diciendo:

«Un huracán se produce cuando se dan las condiciones perfectas para que se produzca.

¿Y sabéis cómo se produce un cáncer?

Cuando se dan las condiciones perfectas para que se produzca».

A pesar de eso, casi todos los diagnósticos de cáncer se atribuyen a la mala suerte.

Lo raro es, que parece que hace 150 años, cuando apenas había cáncer entre la población, teníamos mucha más suerte que ahora.

Así que, algo debe de haber cambiado.

Cuando en algunas culturas no tienen ni siquiera una palabra para describir a esta enfermedad por los pocos casos que se producen y en las sociedades modernas 1 de cada 3 personas se van a enfrentar a esta enfermedad, es que algo debe haber diferente.

¿Podría ser el ejercicio físico?

Según parece, aquellos que tienen una mejor condición física tienen una reducción del 11% en las probabilidades de contraer cáncer.

Aunque esta cifra enmascara un poco el hecho de que no todos los cánceres impactan igual.

Para que te hagas una idea:

El ejercicio físico reduce en un 15% el riesgo de padecer cáncer de vesícula.

Un 12-21% en el cáncer de mama.

Un 19% en el cáncer de colon.

Un 20% en el cáncer de endometrio.

Un 21% en el cáncer de esófago.

Un 12% en el cáncer de riñón.

Un 19% en el cáncer de estómago.

Pero a este juego de las probabilidades se puede jugar al revés.

Conforme el ejercicio físico disminuye, aumentan las tasas de sobrepeso y obesidad.

Hasta el punto que la obesidad es la segunda causa prevenible de cáncer, solo superada por el tabaco.

Esto podría ser uno de los mecanismos que expliquen por qué el ejercicio físico tiene una reducción tan significativa en las tasas de cáncer.

Al fin y al cabo, un cáncer se genera cuando las células dañadas se empiezan a reproducir sin control.

Pero todas las células están continuamente replicándose.

Las dañadas y las sanas.

Pero cuando se replican, a veces le sale el pantallazo azul de Windows diciendo que algo ha ido mal.

Esto es bastante habitual, de hecho.

Pero no llega a pasar nada grave porque nuestro sistema inmunitario las neutraliza.

Es decir, muy probablemente a lo largo de nuestra vida estemos generando células cancerígenas que no llegan a progresar gracias al trabajo que hace nuestro sistema inmunitario.

Y el ejercicio es el lubricante perfecto para este sistema inmunitario.

De la misma manera que el sobrepeso y la obesidad son los destructores perfectos del sistema inmunitario.

Al final, la mejor forma de no morir de cáncer, es no generar un cáncer.

Y si ese cáncer se debe a la mala suerte, eso te deja el mismo margen de maniobra que apostar todos tus ahorros en un casino.

Yo me resisto a pensar eso.

Prefiero pensar que es un juego de probabilidades donde tu estilo de vida tiene un peso capital en el diagnóstico de esta y otras enfermedades.

Es una putada tener cáncer, pero también es una putada no haberlo prevenido.

Una correcta alimentación.

Una depurada higiene del sueño.

Un buen programa de entrenamiento para mejorar tu masa muscular.

A eso se le llama prevención y es a lo que yo me dedico.

A que dentro de unos años no te arrepientas de las cosas que sabías que debiste hacer pero que nunca llegaste a hacer.

Y si quieres comenzar este camino de la prevención, puedes inscribirte en mi Programa de Optimización Corporal.

Pd: Solo quedan 3 plazas.


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