Mira, no seré yo el que diga que cuidar de tu cuerpo y optimizar tu estilo de vida sea algo fácil de hacer.
Por supuesto que no lo es.
Pero que algo no sea fácil, no significa que no sea necesario.
Por eso el mayor problema que tiene la gente cuando se trata de cuidar de su cuerpo, es la falta de constancia.
Experimentan la dificultad, pero les cuesta ver la necesidad.
Te lo cuento con un ejemplo.
Verás, hace un tiempo conocí a la nueva novia de un amigo mío.
Cuando se enteró de que yo era entrenador, me dijo que a ella le gustaría apuntarse al gimnasio, pero que su problema era la falta de constancia.
-No soy yo de las que les gustan mucho los gimnasios. Me apunto y luego lo dejo. Ya me ha pasado varias veces. No me gusta mucho.
Es justo y además, es más que probable que a ti te ocurra algo parecido.
Cuando me dijo esto, aproveché para preguntarle su edad (con cierto tacto).
-Si no es indiscreción, ¿Qué edad tienes tú?
Aún no había cumplido los 30.
Así que seguí haciendo preguntas indiscretas.
-¿Cuánto dinero estarías dispuesta a pagar para llegar a los 50 con una condición física similar a la que tienes ahora?
Contestación de ella:
-Pues no lo sé, nunca lo había pensado. Supongo que bastante.
-Por eso necesitas empezar a entrenar ahora. No se trata de que te guste más o te guste menos, se trata de que ahora no lo necesitas, pero si quieres mantener (incluso mejorar) tu forma física, más adelante desearás haber empezado ahora.
Como ves, yo no intento que la gente entrene para que le salgan abdominales, o para perder barriga o para ser más atractivos.
Eso son solo consecuencias, pero el aspecto clave que casi nadie tiene en cuenta es que aplicar resistencia a tus músculos (lo que sería el trabajo de pesas), es esencial para proteger tu musculatura y evitar su degradación con el paso de la edad.
En otras palabras: Entrenar hoy es un seguro para mañana.
Piensa en el placer que te produce pagar el seguro de tu casa.
Ninguno.
A nadie le gusta hacerlo.
Pero si mañana tienes una subida de tensión, te alegrará saber que tienes un seguro vigente que te va a cubrir los daños.
Así es como yo veo el entrenamiento.
No lo veo como un camino vanidoso. Lo veo como un seguro de vida.
¿Es necesario?
Técnicamente, puede que no. Pero como digo siempre:
Es mejor ser un guerrero en medio de un jardín, que un jardinero en medio de una guerra.
Así que si eres de las personas que piensan que entrenar con pesas no les gusta o que no tienen constancia, piensa que es solamente un seguro. El seguro más barato y al mismo tiempo más valioso que jamás vas a pagar.
Y en mi academia yo te ofrezco un seguro blindado, para que aprendas paso a paso a optimizar tu estilo de vida y que tu cuerpo se convierta en el mejor activo que tendrás nunca.
El seguro se contrata aquí abajo.