Quizás nunca lo habías pensado, pero tu cuerpo es tu tarjeta de presentación. Es lo primero que ven los demás y por tanto, es la clave de la primera impresión que das.
Y ya sabes lo que dicen: Solo hay una oportunidad para dar una buena primera impresión.
Nada más verte, la gente de tu alrededor sabe qué tipo de persona eres.
Si eres incapaz de andar 100 metros sin empezar a jadear, da igual que tengas un MBA, da igual que tengas muchos ceros en el banco o muchos seguidores en las redes sociales.
El mensaje que estarás mandando al exterior es el de:
«No soy el tipo de persona que cuida de mi cuerpo»
Es curioso, hay gente que se enorgullece de ello.
Estoy gordo, pero feliz, te dicen.
La felicidad no se la discuto, pero si bien, que alguien esté gordo no debería de ser un motivo de burla, dudo mucho que deba ser tampoco un motivo de orgullo, especialmente cuando estás jugando a la ruleta rusa con tu salud.
Es decir, puedes estar gordo y feliz.
Puedes estar sano y feliz.
Puedes estar gordo e infeliz.
Puedes estar sano e infeliz.
¿Pero gordo y sano?
Eso ya es más complicado.
Verás, un estudio de Zou et al, que hizo seguimiento a 400.000 participantes, deja claro que no se puede.
El estudio encontró que las personas con un fuerte sobrepeso, aunque parecían estar sanos, seguían teniendo significativamente muchas más probabilidades de diversos problemas de salud cuando se les hizo el seguimiento durante alrededor de 11 años.
La conclusión del estudio es la siguiente:
«El control del peso corporal debería ser algo recomendado para todas las personas con sobrepeso, independientemente de su estado metabólico para reducir el riesgo de diabetes, arterosclerosis, enfermedades cardiovasculares y problemas respiratorios».
Es vergonzoso burlarse de alguien porque esté gordo, pero es igualmente vergonzoso pretender que estar gordo es sinónimo de “estar bien”.
No, no estás bien. Si estás gordo, no estás bien.
Intentar mirar para otro lado y pensar que estar gordo no es un problema porque la mayoría de la gente lo está, es un comportamiento bastante ingenuo.
La cantidad de grasa corporal que tienes es lo que te convierte en gordo, pero cómo te hace sentir esa grasa corporal es lo que te hace sentirte gordo.
Por eso hay gente que objetivamente está gorda, pero que no se siente gorda.
Son gordos felices, pero gordos al fin y al cabo.
Así que no sé, puedes seguir siendo gordo y feliz o ser solamente feliz. Todo empieza con una decisión.
La decisión de cambiar.
Y esa decisión solo la puedes tomar tú.
En el caso de que la hayas tomado, yo puedo ayudarte a dar el siguiente paso dentro de mi academia: