Actualmente, he escrito 5 libros, pero estoy convencido de que podría escribir un sexto.
Un sexto libro que incluya solamente las excusas que he escuchado a lo largo de mi carrera como entrenador.
Todas empiezan igual:
«Tú no lo entiendes, para mi es diferente porque…»
Y aquí ya entra la variable de la ecuación:
-Tengo un trabajo que me requiere muchas horas.
-Tengo a mi madre enferma.
-Tengo unos hijos que tengo que cuidar.
-Tengo ya muchos años para hacer esto…
Pero… ¿Sabes lo que también tienes y nunca dices?
168 horas cada semana.
Esas 168 horas son un recurso que la vida te regala cada 7 días.
Un recurso que ya estás gastando en algo.
La pregunta es ¿En qué lo estás gastando?
Porque la diferencia entre lo que haces tú y lo que hace otra persona, no es el número de horas.
Ambos tenéis las mismas.
Es la composición de esas horas.
Porque a aquello que dedicas tu tiempo, tu dinero y tu energía, es lo que describe quien eres.
No es lo que dices, lo que dices no importa en absoluto. Es lo que haces con tu tiempo, tu dinero y tu energía.
Y lo único que es diferente para ti, es tu predisposición a usar esos recursos de otra manera.
Verás, los seres humanos funcionamos así, no decidimos actuar hasta que el dolor de seguir como estamos ahora sea superior al dolor de cambiar.
Esto se explica muy bien en la paradoja de la región beta.
Imagina que tú solamente coges el coche para recorrer distancias superiores a 1 kilómetro. Si el sitio donde tienes que ir se encuentra dentro del radio de 1 kilómetro, entonces irás andando.
Si aplicas esto, paradójicamente acabarás recorriendo 2 kilómetros más rápido que 1 kilómetro.
Esta paradoja describe como a veces peores situaciones (como tener que viajar una distancia más larga), puede resolverse de una forma más efectiva (tardando menos tiempo) que situaciones a priori mucho mejores.
Lo que significa que son las peores situaciones las que te impulsan a mejorar esa situación.
Pero ahí está la clave: Hasta que la situación no llega a un cierto umbral que consideres insostenible, no harás nada por mejorarla.
Por eso hay personas atrapadas en un trabajo que no les satisface, en lugar de buscar un trabajo mejor.
Por eso hay matrimonios que lo único que les une es un contrato de hipoteca.
Y por eso hay personas que tienen un estilo de vida bastante pésimo pero que aún no ha tenido consecuencias lo suficientemente graves como para decidir reorganizar esas 168 horas.
Viven atrapadas en la región beta.
Ahí está la paradoja, porque si su situación fuera peor es cuando podría mejorar.
Y mientras vivas atrapado en la región beta, seguirás pensando que para ti es diferente.
Hasta que de repente el cuerpo te de un susto.
Quizás unas analíticas disparatadas.
Quizás un amago de infarto.
Quizás un ataque de ansiedad.
Paradójicamente, esa situación peor es lo que te va a hacer mejorar invirtiendo tu tiempo, tu dinero y tu energía de otra manera.
Hasta entonces, seguirás pensando que para ti es diferente.
Pero si ya estás cansado de vivir en esa región beta y has llegado al umbral que te ha hecho darte cuenta de que necesitas mejorar tu estilo de vida, yo puedo ayudarte a hacerlo en mi Programa de Optimización Corporal.
Te inscribes aquí abajo:
