En un mundo lleno de afirmaciones unánimes, una creencia común es que el ejercicio físico es la receta infalible para mejorar la salud. Pero, ¿Y si te dijera que estoy en desacuerdo y que quizás, después de descubrirlo, tú también consideres que el ejercicio físico NO es la clave para tu bienestar? ¡Voy a mostrarte por qué!
En los anuncios de televisión, a menudo escuchamos estadísticas divertidas, como «9 de cada 10 dentistas lo recomiendan» para ciertos productos. Pero, ¿Qué pasa con ese único dentista que no lo recomienda? Hoy, quiero ser ese «uno de cada diez» que cuestiona la creencia de que el ejercicio físico es la panacea para la salud. Una creencia que parece ser universal, pero que cuando profundizas un poco te das cuenta de que no está tan clara.
El Ser Humano: Un Animal en Movimiento
Para entender mi perspectiva, recordemos que los seres humanos, en términos biológicos, son parte del reino animal. Somos animales organizados en sociedades que hemos creado nosotros mismos.
Una diferencia clave entre el reino animal y el reino vegetal es cómo obtenemos nuestro alimento. Las plantas lo obtienen sin moverse, pero nosotros, como cazadores-recolectores, debemos desplazarnos para comer.
Históricamente, la inmovilidad era sinónimo de inanición, y aquellos que no podían moverse representaban una carga para la comunidad. Para los humanos, la vida dependía del movimiento, tanto para buscar alimento como para evitar convertirse en alimento. Esta conexión entre movimiento y supervivencia nos lleva a la conclusión de que, técnicamente, el movimiento es fundamental para la vida.
Teniendo en cuenta que los músculos son los motores que generan movimiento, esto significa que cuidar de nuestros músculos es esencial para preservar la capacidad de movernos y, por lo tanto, de sobrevivir. Así es como veo yo la relación entre movimiento, músculos y vida.
El Desequilibrio Anabolismo-Catabolismo
El cuerpo humano está en constante proceso de construcción y destrucción, un equilibrio entre anabolismo (construcción) y catabolismo (destrucción). El envejecimiento, en gran parte, se debe a un desequilibrio en el que la destrucción supera a la construcción. La salud, por lo tanto, depende de mantener un equilibrio entre estos dos procesos.
Entonces, ¿Por qué digo que el ejercicio físico NO mejora tu salud? La respuesta está en entender que el ejercicio físico es inherentemente catabólico, es decir, tiende a destruir. Y aunque el ejercicio físico implica movimiento, eso por sí solo no garantiza la salud, ya que no tiene en cuenta el proceso anabólico necesario para construir y reparar.
Mi Significado del Fitness
Aquí es donde entra mi concepto de «fitness». No considero que el entrenamiento de musculación, aplicado de forma adecuada, sea simplemente ejercicio físico. Aunque técnicamente sea catabólico, su objetivo es impulsar el proceso anabólico posterior.
Por eso, mi enfoque en el «fitness» se basa en el equilibrio entre estos dos procesos. No basta con hacer ejercicio; ni siquiera con entrenar, porque es necesario que ese entrenamiento sea seguido por la recuperación y la supercompensación. Esta es la clave para estar en forma y, al mismo tiempo, tener una buena salud.
El Ejercicio y la Salud: Una Relación Compleja
La relación entre ejercicio y salud no es lineal ni sencilla. Si bien el movimiento es esencial, el exceso de ejercicio sin un equilibrio adecuado puede ser perjudicial para la salud a largo plazo.
Los atletas de élite son un buen ejemplo ya que a pesar de su excelente condición física, no tienen una salud particularmente excelente ni viven más tiempo que la población promedio.
Esto significa que más ejercicio no implica directamente una mejor salud y que la salud se define más por la ausencia de enfermedad que por la condición física. Por tanto, para optimizar la salud, debemos equilibrar anabolismo y catabolismo, y este equilibrio se logra mediante un estilo de vida adecuado.
La Historia Oscura Detrás de los Maratones
Si tú quieres mejorar tu salud, tienes que tener muy en cuenta ambos procesos, tanto catabolismo, como anabolismo.
¿Qué pasa cuando esto no se cumple? Pues que es imposible tener una buena salud.
Pero paradójicamente, sí que es posible mantener una buena condición física.
El ejemplo más bestia lo encontramos en la leyenda de Filípides, que se le conoce por correr la distancia de Atenas a Esparta en menos de 2 días. Algo que demuestra una condición física y una resistencia increibles.
Más adelante también hizo otra hazaña corriendo la distancia que separaba Maratón de Atenas para anunciar una victoria griega. Y cuando llegó a Atenas y proclamó la victoria, nada más proclamarla, cayó muerto en el acto.
Y no es de extrañar que la salud de Filípides estuviera tocada teniendo en cuenta que solo la distancia de Atenas a Esparta equivale a más de 200 kms.
Pero lo que sí es extraño es que, en lugar de considerar este tipo de actividad como algo peligroso e incluso potencialmente mortal, lo que hemos hecho ha sido conmemorar a Filípides organizando los maratones que todos conocemos, e incluso los Espartalones que supuestamente recorren la misma ruta que hizo Filípides entre Atenas y Esparta.
Esto lo que nos demuestra es que estar en forma y gozar de una buena salud no es necesariamente lo mismo. Y que el que más ejercicio físico hace o el que mejor forma física tiene o condición física tiene, no es necesariamente el que mejor salud tiene. Tampoco estoy diciendo que tengas que tener una condición física lamentable para tener una buena salud, estoy diciendo simplemente que no van de la mano.
En resumen, todo esto lleva a pensar que el ejercicio físico por sí solo no es la clave para una buena salud. Un estilo de vida equilibrado y un metabolismo optimizado son factores más determinantes para mantenernos saludables. Esto significa que debemos entender y respetar el equilibrio entre construir y destruir en nuestro cuerpo.
Por eso en la academia enseño no solo a entrenar de forma correcta, sino cómo optimizar todo tu estilo de vida, algo que no tiene nada que ver con el ejercicio físico.