3 Obstáculos a los que te enfrentas para perder peso (y que nadie te ha contado)

Yo siempre digo que la diferencia entre un obstáculo con el que tropiezas y un escalón que subes es lo alto que levantas el pie. Y eso es lo que quiero hacer hoy, quiero enseñarte a mirar de frente los obstáculos que vas a encontrar a la hora de perder peso para que puedas convertir esos obstáculos con los que casi todo el mundo se cae, en escalones que te permitan avanzar y conseguir por fin perder grasa corporal.

Sinceramente, perder peso es simple. Te diría que hasta sencillo.

Creo que la gente se complica demasiado. Solo necesitas diseñar tener un plan de alimentación. Un plan que sea creado POR ti y PARA ti. Esto es muy importante y lo vamos a ver ahora. Por eso insisto, si quieres aprender a diseñar un plan de alimentación, y las estrategias para optimizar tu estilo de vida, puedes inscribirte en la academia desde aquí.

Porque la solución a todos estos obstáculos que vamos a ver, es tener un plan que ya los contemple en primer lugar.

1. Problemas emocionales

Estos problemas son muchos y variados, pero el principal problema emocional surge cuando tienes una mentalidad de eliminación (que es lo que tiene casi todo el mundo). Se vienen arriba y dicen a partir de ahora me quito el pan. Algo que te encanta comer y que llevas toda la vida comiendo.

¿Crees que vas a estar lo que te queda de vida sin comer ese alimento? Evidentemente no. Pero cuando tú creas una mentalidad donde algo es malo y algo es bueno y prohíbes lo malo, ¿Qué es lo que pasa cuando tú prohíbes algo? Que lo quieres incluso más que antes.

Entonces en lugar de tener una mentalidad de exclusión, es mejor tener una mentalidad de inclusión. Por eso la importancia de diseñarte tu propio plan de alimentación, porque en tu plan puedes incluir lo que tú quieras. Qué sentido tiene que yo te diga lo que tienes que comer y tácitamente lo que no puedes comer. En cuanto yo haga eso, automáticamente vas a querer comer lo que te he dicho que no puedes comer, es así.

Y esto genera el siguiente problema emocional básico que tiene casi todo el mundo, que es la idea de que necesita su comida trampa el fin de semana. Si tienes un exceso de grasa corporal, no necesitas ninguna comida trampa.

Es más, una comida trampa te va a perjudicar más de lo que te va a beneficiar. Porque probablemente seas resistente a la insulina, también a la leptina, por lo que tendrás dificultades en gestionar la glucosa en sangre y además tendrás inclinación por comer demasiado porque tendrás dificultades para saciarte. Es decir, en este escenario una comida trampa no tiene ningún sentido.

Pero este problema surge de la misma base que antes. Cuando tú deseas una comida trampa, lo haces porque tu dieta es una mierda. Porque si tu dieta fuera una dieta que disfrutaras hacer y que la hubieras diseñado tú, no tendría sentido desear o esperar ninguna comida trampa. Porque si quieres algo lo incluyes dentro de tu plan.

No hay necesidad de hacer una comida trampa porque sea sábado o viernes. Además, siempre pongo el ejemplo de las relaciones de pareja. Si tú tienes una relación de pareja no estás deseando que llegue el sábado para ponerle los cuernos con otra, porque se supone que la que tienes ya te gusta y no necesitas otra cosa. Y si acaso lo necesitas, todo el mundo sería capaz de ver que tienes un problema con tu relación de pareja. Pues esto es lo mismo. Si crees que necesitas una comida trampa el sábado, probablemente sea porque tu dieta es bastante pésima y esto ocurre cuando no eres tú quien te diseñas tu dieta.

Por tanto, la solución a esto es sencilla, diséñate tu propia dieta y si no sabes, en la academia enseño a hacerlo. Hay un módulo donde entras sin saber nada, y lo terminas teniendo tu plan de alimentación. Ya está.

2. Expectativas equivocadas

Las redes sociales han hecho mucho daño.

Estar expuesto constantemente a ese tipo de cuerpos que o bien son la excepción genética o bien directamente son falsos (por filtros, edición fotográfica, ayudas ergogénicas…), o incluso siendo reales estás viendo la mejor foto de las 300 que se ha tirado. Eso hace que se distorsione tu percepción de la realidad.

Esto ocurre por el sesgo de disponibilidad. Nosotros generamos la realidad de nuestro mundo en función de la información que percibimos, no de la realidad del mundo.

Por ejemplo, hay mucha gente que tiene miedo a volar en avión, porque sabe que cuando suele haber algún accidente en avión el riesgo de morir es altísimo y todos esos accidentes son virales en todas las noticias. Pero curiosamente, esa persona no tiene miedo a ir en coche .Y es curioso porque objetivamente es mucho más probable morir en un accidente de coche que en uno de avión simplemente porque tener un accidente de coche es más probable que tener uno de avión.

¿Solución? Dejar de ver las putas redes sociales. Incluso a mi. No me veas en las redes. Ni sigas tampoco a nadie por su cuerpo, ¿Hay algo más bajo que seguir a alguien porque tiene un buen cuerpo? Y no creas que lo sigues porque eso te motiva, porque no es la realidad. Es como si yo sigo solamente a gente que tiene Ferraris. Mi percepción va a ser que todo el mundo tiene Ferraris, y cuando me monte yo en mi Seat Ibiza voy a decir vaya mierda de coche, yo quiero un Ferrari.

3. Obsesión por el resultado

Este se podría meter dentro de los problemas emocionales, pero he querido sacarlo fuera, porque casi todo el mundo ya empieza mal de base, pensando en que existe en algún momento una línea de meta.

Ya vas mal.

Por eso yo tengo una academia, no un pdf, porque la idea de mi academia es que a diferencia de un pdf con una rutina y una dieta, el pdf dentro de 6 años va a seguir igual, pero tú en 6 años habrás cambiado porque todos cambiamos.

Y la idea es que tengas las herramientas para optimizar tu estilo de vida independientemente del contexto de vida que tengas. Y eso no se puede explicar en un pdf. Pero tienes que entender esto.

Tienes que entender que la cosa no va de unas cuantas semanas. Tu plan se irá modificando, por supuesto, pero no hay final. Hay un proberbio budista que dice:

«Antes de la iluminación, llevaba agua y cortaba madera, y después de la iluminación, sigo llevando agua y cortando madera».

Esto es lo mismo. Por eso siempre digo que hay que tener independencia del resultado y centrarse más en la trayectoria. Oye, ¿Tú que necesitas? ¿Perder peso? Vale. Me da igual que sean 10, 15, o 20 kilos. Si la semana que viene has perdido 1 kilo, estás yendo en la trayectoria que quieres. Eso es suficiente para saber que el plan funciona.

Por eso cuando la gente me dice: Oye Luis ¿Cómo puedo hacer para perder 10 kilos? Yo les digo «Aprende a perder 1». Porque cuando aprendes a perder 1, para perder 10 solamente tienes hacer lo mismo y extenderlo en el tiempo.


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