Contratar a un entrenador puede ser una tarea muy simple o muy complicada. Solo tienes que meterte en instagram y verás que 8 de cada 10 personas que aparezcan sin camiseta dirán que son entrenadores.
También puedes guiarte por Google y escribir «contratar entrenador personal» en el buscador a ver qué te aparece. Tendrás miles de resultados. Miles de opciones.
Así que, entre tanto entrenador ¿Cómo escoger realmente a uno que valga la pena? Hoy voy a darte 3 consejos para que escojas un entrenador que realmente te ayude a conseguir aquello que quieres conseguir.
Lo primero que hay que tener en cuenta, es que el mundo de los entrenadores está muy copado. Demasiado copado si me permites añadir (aunque claro, qué voy a decir yo si también soy entrenador, hay demasiadas pirañas en el acuario).
Eso en términos económicos siempre es algo bueno, porque la competencia estimula el mercado, pero a nivel individual puede ser una pesadilla porque escoger un entrenador es una auténtica lotería, y más ahora que cualquiera que tenga unas zapatillas Nike y unas mallas de colores ya es entrenador o entrenadora.
Entonces, ¿Cómo puedo escoger uno que valga la pena?
En realidad, esto es algo bastante personal, y puede que a ti te interese mirar otra serie de factores como las certificaciones que tiene o cualquier otra cosa. Pero para mi, hay 3 características que considero mucho más útiles que las típicas «certificaciones» (recuerda que estar certificado no significa estar cualificado), y creo que estos simples consejos hacen una buena criba para evitar a la mayoría de entrenadores mediocres. Así que si aplicas lo que te voy a contar, es muy probable que puedas acercarte más a la aguja que supone este pajar de entrenadores.
1 Realiza un contacto
Esto es bastante obvio, pero antes de contratar a un entrenador, es muy necesario que contactes primero con él o con ella, y a pesar de ser algo tan obvio, hay mucha gente que no lo hace.
No puedes guiarte por unas fotos trucadas de instagram, y ni siquiera por las opiniones o recomendaciones de otras personas. Necesitas hablar con él.
Muchos entrenadores tienen en sus webs un botoncito para contactar con Whatssapp, otros prefieren usar Instagram, y en mi caso, yo soy mucho más amigo del email. Si quieres algo conmigo, contáctame por email.
Pero sea como sea, antes de sacar la cartera habla con el entrenador para que puedas comprobar cómo se expresa, los tiempos de respuesta, y en pocas palabras, para que puedas ver qué sensaciones te da.
Además, una jugada un poco sucia pero muy inteligente, es aprovechar este primer contacto para preguntarle algo que tú ya sepas. Puede ser alguna pregunta un poco técnica (tampoco te pases con esto, que no sea muy descarado), o puede ser preguntarle por alguna de las dos características que vamos a ver a continuación. Pero pregúntale por algo que tú conozcas la respuesta.
¿Por qué?
Bueno pues porque si no conoces la respuesta a la pregunta, te vas a tener que conformar con la respuesta que él te de, pero si ya sabes de antemano la respuesta, vas a poder evaluar la respuesta del entrenador desde una posición de ventaja. Recuerda que aunque no lo parezca, estás negociando. Toda conversación es una negociación, y en toda negociación, el que tiene más información es el que tiene la ventaja.
2 Resultados NO garantizados
Esto es un requisito imprescindible. Si el entrenador te garantiza resultados, huye de él o de ella como del demonio.
Un entrenador no puede hacer eso.
Un entrenador está ahí para guiarte, para orientarte, para aconsejarte, pero al final del día, lo que sea que vayas a hacer, lo vas a hacer tú solo. Yo te puedo decir qué entrenamiento debes hacer, pero al final, el que vas a levantar las pesas vas a ser tú. Yo te puedo decir qué tipo de alimentación debes seguir, pero al final, el que se va a sentar a la mesa vas a ser tú.
Es decir, es lo que digo siempre:
Yo puedo llevarte al río, pero eres tú quien tiene que beber.
Esto no lo va a poder cambiar ningún entrenador por muy bueno que sea. El trabajo es tuyo, yo solo soy una muleta sobre la cual te puedes apoyar para hacerte más sencillo el camino. También puedo orientarte para que vayas por un camino más cómodo y sencillo, pero el camino tendrás que recorrerlo tú.
Ya lo decía Gandalf en El Señor de los Anillos:
Yo te ayudaré a llevar esa carga, mientras seas tú quien la lleve.
La parte buena de esto, es que el mérito de tus resultados es tuyo. A diferencia de otros entrenadores, yo no voy a intentar apropiarme de un mérito que es tuyo. Pero la otra cara de la moneda implica que si las cosas no salen bien porque no has puesto el trabajo que debías poner, la responsabilidad de eso también es tuya.
Es decir, yo no me apropio de tu mérito, pero tampoco cargo con tu responsabilidad.
Así que, no busques que te garanticen resultados, porque si encuentras algún entrenador que garantice resultados, significa que o bien te quiere tomar el pelo, o bien no tiene la suficiente experiencia como para saber que garantizar resultados es como prometerle la luna a tu novio o a tu novia.
3 Derecho de admisión
Antes de contratar a un entrenador, debes fijarte también en que ese entrenador NO trabaje con todo el mundo, porque el entrenador que realmente es bueno, sabe en lo que es bueno y en lo que no lo es. O en otras palabras, conoce sus limitaciones.
El entrenador que es malo no conoce esas limitaciones porque se piensa que está por encima y que él o ella lo sabe todo. Y es curioso pero cuanto más tiempo llevas en esto, más te formas, más trabajas con gente distinta, más te das cuenta de que sabes mucho menos de lo que crees.
Por eso, un entrenador habrá gente a la que puede ayudar, y gente a la que no. Y eso no es malo, no es una debilidad. Al contrario, yo tanto como entrenador como también como consumidor, lo considero una fortaleza, el saber que una persona puede ayudarme con ciertas cosas y que no puede ayudarme con ciertas otras.
Esto además lo digo por experiencia porque a mi me ha contactado mucha gente para cosas que yo no hago, como preparar atletas de culturismo, enseñar calistenia, hacer rehabilitación de lesiones, e incluso me ha contactado gente que bajo mi punto de vista lo que necesitaban en ese momento no era un entrenador, sino que era un psicólogo.
Bonus Track
Además de todo lo anterior, por supuesto debes fijarte en qué te está ofreciendo realmente ese entrenador y si es lo que tú estás buscando. Por ejemplo, revisa cómo vais a permanecer en contacto (WhatsApp, Skype, email…), revisa cada cuanto tiempo vais a tener un seguimiento (semanalmente, mensualmente…).
Cada entrenador lo hará de una forma diferente, hay algunos que usan una app, hay otros que usan el email, hay otros que usan una plataforma web, un grupo de Telegram… Revisa las «características» del servicio, y escoge aquel entrenador que se ajuste a lo que tú quieres.
Por supuesto, no podía terminar este post sin decirte que mis servicios evidentemente cumplen con estos 3 factores, y que antes de contratarme como entrenador es imprescindible hablar conmigo (porque mis servicios se contratan mediante una solicitud previa), esa solicitud a su vez me permite filtrar con quien quiero trabajar y con quien no (es decir, NO trabajo con todo el mundo), y evidentemente no garantizo resultados. Si quieres resultados, tendrás que ganártelos.