Después de haber sacado el episodio sobre los alimentos ultraprocesados, ha habido mucha gente que se ha puesto en contacto conmigo creyendo que en el episodio yo estaba defendiendo el consumo de ultraprocesados.
¡Eso no es así!
El trasfondo de ese episodio era para que comenzáramos todos a hacer un auto-análisis y dejáramos de culpar a las empresas, o a los supermercados, o a la industria alimentaria o a los lobbies o a quien sea, de la obesidad y de todos los problemas que se relacionan con los alimentos ultraprocesados.
Porque sí, los alimentos ultraprocesados pueden ser un problema, pero no son EL PROBLEMA, que era lo que intentaba decir en ese episodio.
El discurso del ambiente obesogénico
En el mundo de la nutrición existe un discurso muy popular que es el de que las empresas que comercializan los productos ultraprocesados son las responsables de esas enfermedades y las autoridades sanitarias son las negligentes porque permiten que eso ocurra y que el mercado se inunde de ultraprocesados creando un entorno obesogénico.
Esto simplemente quiere decir que estamos rodeados de malas elecciones nutricionales.
Y esto es completamente cierto. No seré yo quien diga lo contrario. Es algo que creo que nadie podría rebatir. Ahora bien, bajo mi punto de vista, hay 2 formas de verlo:
- Patalear y lloriquear porque la industria alimentaria nos está volviendo gordos y nos está matando.
- Asumir la responsabilidad y tomar acción al respecto.
Porque tenemos que entender, que ESTE es el mundo en el que vivimos. Está muy bien tener idealizado un mundo perfecto donde las empresas se preocupen por nosotros y nos vendan solamente alimentos ecológicos, saludables y macrobióticos. Pero ese no es el mundo en el que vivimos.
Y bajo mi punto de vista podemos aceptarlo o fingir que vivimos en el paleolítico o fingir que durante los inviernos los alimentos escasean como ocurría con nuestros antepasados.
Allá cada uno, pero lo que yo elijo es asumirlo.
Quejándote no vas a cambiar nada
Por mucho que te quejes y que condenes a los ultraprocesados, los ultraprocesados van a seguir ahí. No se van a ir.
Mercadona va a seguir vendiendo productos ultraprosesados, la industria alimentaria va a seguir utilizando azúcar, sal, grasa, glutamato y cualquier compuesto que haga que su producto sea más apetecible y nos guste más, porque ese es tu trabajo, y lo hacen bien.
Y tus compañeros de la oficina van a seguir llevando pastelitos cuando cumplan años. Y en los cumpleaños se va a seguir soplando las velas sobre una tarta y cada vez que haya una buena noticia en tu círculo, se va a celebrar con una comida o una cena copiosa porque esto funciona así.
Así que puedes seguir pensando que esto es una mierda, puedes seguir creyendo que no es justo, que no es lo ideal, pero tengas o no razón, es el mundo en el que vives
El ambiente obesogénico como excusa
Vivir en un ambiente obesogénico no es ninguna excusa para convertirse en obeso. Todos vivimos en ese mismo ambiente y no todos tenemos sobrepeso ni obesidad.
En este mundo obesogénico que parece tan desagradable para algunos, afortunadamente tienes elección para escoger unos alimentos u otros. Son nuestras decisiones y por tanto, nuestra responsabilidad.
Tu situación actual es un reflejo de tu comportamiento
Tu estado físico actual, tu situación familiar, laboral, personal… Es el resultado de todas las decisiones y de tu comportamiento. No hay nadie más que tenga la culpa. Asume la responsabilidad porque cuanto antes la asumas, antes podrás hacer algo para cambiarlo.
Porque si yo me creo ese discurso de que estamos en un ambiente obesogénico, que la industria alimentaria tiene un complot para envenenarnos con sus productos, y que están por todas partes, lo que en realidad estoy diciendo es, que no puedo hacer nada porque esto está montado así y la culpa es de las grandes empresas y de las autoridades sanitarias.
No eches balones fuera. No pienses que siempre debe haber alguien ahí para salvarte, para preocuparse por ti. Y mucho menos pienses que ese es trabajo para las empresas. Las empresas están ahí para ganar dinero. Pensar lo contrario es vivir en el mundo de la piruleta.
Concéntrate en lo que puedes controlar
Los Navy Seals llaman a esto, tu «3-foot world».
Por más que yo quiera, no puedo controlar los alimentos que hay en el supermercado. Pero sí que puedo controlar los alimentos que meto en el carro de la compra.
Si, seguramente los ultraprocesados supongan el 60, 70 o el porcentaje que sea de los productos totales. Pero aún así, seguirías teniendo un 30-40% para escoger ¿No?
Siempre tienes elección.
Víctimas nutricionales
Cuanto más le echemos la culpa al ambiente obesogénico, cuantas más culpas le echemos a las malignas empresas, a las autoridades sanitarias o a quien sea, más víctimas nutricionales estaremos creando.
Porque la psicología funciona así, nos sentimos bien cuando pensamos que la culpa es de otro porque eso nos exime de responsabilidad.
No queremos nunca asumir la responsabilidad y no queremos ver que si llevamos 15 años en un trabajo que odiamos es nuestra responsabilidad, que si has engordado 10 kilos en este último año es tu responsabilidad, que si estás en un matrimonio que no te llena es tu responsabilidad. Y tuya y de nadie más.
Te piensas que estarías en mucha mejor forma física si tus compañeros no te trajeran pastelitos cada vez que cumplen años.
Te piensas que si tuvieras un horario más flexible podrías ir al gimnasio.
Y te piensas que si los supermercados eliminaran los ultraprocesados tendrías el cuerpo del Capitán America.
Y esa es la respuesta fácil, hacer eso es lo que no cuesta ningún esfuerzo pero hacerlo y culpar a otros nunca te va a permitir mejorar. Solo va a garantizar que estarás en esa misma posición mañana pasado, el mes que viene y el año que viene.
Por eso la aproximación que dice que estamos en un mundo obesogénico se utiliza en tantas charlas y ponencias, porque eso genera un aplauso fácil. Todo el mundo sale de allí diciendo:
Claro, ahora lo entiendo, la industria alimentaria es malvada y me quiere ver enfermar.
Pero nadie sale de allí diciendo:
Es mi culpa, mi comportamiento y mis decisiones me han llevado hasta el punto donde estoy hoy.
Hacer esto último conlleva automáticamente a aceptar la posición en la que estás ahora. Y esto es muy importante. Porque esa posición no tiene por qué gustarte. Puede que no te guste tu físico ahora mismo, que no te veas bien frente al espejo. Pero acepta que te ves así por las consecuencias de tus decisiones. Y cuando haces eso estás en una muy mejor posición para cambiar esas decisiones y por tanto, esas consecuencias.
Otros podremos ayudar quizás a esas decisiones. Yo siempre intento daros un empujón, un apoyo. Os contesto a todos siempre que puedo. Pero que haya gente que os pueda ayudar, no significa que vaya a venir nadie a salvarte
No va a venir Superman a llevarse todos los alimentos ultraprocesados del mercado. Vas a tener que vivir con ellos. Y como he dicho bajo mi punto de vista, lo mejor es aceptarlo y actuar asumiendo la responsabilidad de nuestros actos sabiendo que eso no va a cambiar.
Y voy a terminar con una frase que justamente leí el otro día que no se ni de quien es originalmente (por lo que no puedo atribuir autoría), pero me gustó, y dice así:
Tus decisiones pueden conducir a tus circunstancias y tus circunstancias pueden conducir a tus decisiones. Pero siempre es mejor escoger ser un producto de tus decisiones que un producto de tus circunstancias.
¡No eres una víctima