Hoy sacamos otra dieta a relucir. En esta ocasión es la dieta macrobiótica. Una dieta un poco intermitente que tuvo sus años de gloria, pero que aún está con nosotros rondando.
La particularidad que tiene la dieta macrobiótica es que combina la alimentación con la filosofía Zen. Por eso, es una dieta muy utilizada por los fanáticos de los alimentos biológicos, naturistas y entusiastas de la salud.
De hecho, el fundamento de la dieta macrobiótica es vivir más. Y simplemente esto ya nos debería de chocar un poco, porque sinceramente vivir más o vivir menos no está en nuestra mano por mucho que nos pese.
El origen de la dieta macrobiótica
La dieta macrobiótica, aunque suene a laboratiorio de superingeniería, no es una dieta nueva.
Su principal precursor fue George Oshawa (1893-1966), quien elaboró la base de esta dieta macrobiótica combinando la alimentación con la filosofía Zen. Y de esta forma clasificó a los alimentos en 2 categorías: El Yin y el Yang. Los alimentos Yin son pasivos, mientras que los Yang son activos.
La teoría detrás de esta clasificación es que el bienestar físico y mental depende del equilibro entre el Yin y el Yang, y este equilibrio se consigue con la incorporación adecuada de las 2 categorías de alimentos. Y no solo de los alimentos, porque por ejemplo, el cocinado normal de los alimentos se consideraría Yin, mientras que el cocinado lento se consideraría Yang.
Incluso las vitaminas se dividen entre Yin y Yang y de esta forma la mayoría de vitaminas del grupo B y la vitamina C son Yin mientras que las vitaminas liposolubles como la A D E y K son Yang.
Muy científico todo.
Es posible que quien sea creyente de la filosofía Zen, le encuentre más sentido, pero como yo no lo soy, no le encuentro mucho sentido a esta anarquía o a este orden dentro de la anarquía.
¿Qué es la dieta macrobiótica?
La dieta macrobiótica es una modificación de una dieta vegetariana, que en realidad, no es solo una dieta, sino que son 10. Estas 10 dietas se dividen numéricamente desde la -3 hasta la +7.
No me preguntes por qué. Si tú lo sabes, cuéntalo abajo en los comentarios.
Esto funciona un poco como los cinturones de las artes marciales. Primero empiezas con el blanco, luego el amarillo, y así hasta el negro. De esta forma, las primeras dietas (los números más bajos), son algo más variadas, y conforme te vas acercando a la número +7 (el cinturón negro macrobiótico), ya es mucho más restrictiva, basándose casi exclusivamente en cereales junto con una reducción en el consumo de agua.
¡Olé ahí Oshawa!
Una dieta perfecta para tener carencias de proteínas (se puede obtener proteínas de fuentes vegetales, pero si solo utilizas un grupo de alimentos lo vas a tener más que complicado), vitaminas, calcio, hierro…
Además, es la primera vez que en una dieta veo que hay que reducir el agua por algún motivo.
Y por supuesto, sería un crimen utilizar esta dieta en un niño. De hecho en la revista inglesa Lancet, del 9 de Junio de 1973, publicó que un preparado macrobiótico había causado un grave crecimiento y malnutrición en niños.
¡¡¡1.973!!!
Y aún a día de hoy queda gente dispuesta a seguir esta dieta…
Pero es más, en 1.966 que es incluso antes, el Gran Jurado de Nueva Jersey sentenció que la dieta macrobiótica constituía un peligro para la salud de la población.
La dieta macrobiótica, que no te coman la cabeza
El principal problema de esta dieta (además de ser absurda), es que promete cosas que no puede cumplir. Como por ejemplo, la curación de enfermedades.
El señor Oshawa, promulgaba que con este estilo de alimentación podías curar enfermedades y que no había ninguna enfermedad que no se pudiera combatir utilizando estos alimentos naturales y con un equilibrio del Yin y el Yang.
Aquí es donde se pasa de ser un gurú a ser un charlatán y un encantador de serpientes. Si no me crees, mira lo que ocurre cuando te dejas guiar por los cantos de sirena macrobióticos…
Escrito en 1.998, cuenta como Roel van Duijn, perdió a su mujer Flora por culpa de la dieta macrobiótica y los gurús que la animaban a confiar en la medicina natural de los alimentos macrobióticos para superar un cáncer, en lugar de someterse al tratamiento médico convencional.
Con la dieta macrobiótica no vas a ser Ironman
La dieta macrobiótica no va a alargar tu vida. Como dice el chiste, es posible que en una dieta +7, la vida se te haga más larga, pero poco más.
Nadie sabe el tiempo que nos queda aquí.
Es cierto que con una alimentación equilibrada (que no es este caso), tengas menos probabilidades de enfermar, pero… ¿Quién sabe?
Ninguna dieta te va a hacer convertirte en Ironman, ni vas a burlar a la muerte. Ten en cuenta que:
Por muy bien que te alimentes, por mucho deporte que hagas y por mucho que descanses, te vas a morir igual.