Este año hace ya cinco años desde que decidí empezar a entrenar en casa y prescindir por completo de cualquier gimnasio comercial. Y cada vez estoy más convencido de que todo el mundo debería tener su propio gimnasio en casa.
Evidentemente, un gimnasio en casa debe adaptarse al espacio que tienes disponible. Si vives en un piso pequeño, no podrás tener un gimnasio tan completo como el mío. Pero sí te recomendaría contar con algo de equipamiento para entrenar en casa, incluso aunque sigas asistiendo a un gimnasio comercial.
Un Gimnasio en Casa es una Inversión Inteligente
Un gimnasio no es más que un local que contiene el material necesario para hacerte la vida más fácil y mejorar tu día a día. Emular esta filosofía dentro de tu propia casa tiene numerosos beneficios, y el mejor de ellos lo dejaré para el final.
Uno de los aspectos más importantes es que, al asistir a un gimnasio comercial, estás pagando por la posibilidad de usar muchísimos aparatos que luego no aprovechas. Si analizas tu uso del gimnasio, te darás cuenta de que probablemente no utilizas ni la mitad del equipamiento disponible.
Si eres capaz de identificar los ejercicios que realmente haces en el gimnasio y encuentras la manera de replicarlos en casa, comprobarás que no necesitas demasiado espacio para entrenar bien. Con algo de material básico, podrás construir un gimnasio en casa funcional y asegurarte de aprovechar el 100% de tu inversión, en lugar de pagar mensualmente por un gimnasio comercial donde solo usas un 20% del material.
El Coste Inicial Se Amortiza Rápido
Es cierto que montar un gimnasio en casa requiere una inversión inicial. Pero no necesitas comprarlo todo de golpe; puedes ir adquiriendo el material progresivamente.
Cuando empecé a entrenar en casa, solo tenía unas mancuernas ajustables grandes (hasta 41 kg cada una), un banco inclinable, unas bandas elásticas y un TRX. Con eso entrenaba sin problema. Más tarde compré una máquina de poleas y otros accesorios, pero lo hice poco a poco.
Si quisieras empezar con un gimnasio en casa básico, podrías invertir en:
- Mancuernas ajustables (40-45 kg)
- Banco inclinable plegable
- Bandas elásticas
- TRX o sistema de entrenamiento en suspensión
Esta configuración podría costar a día de hoy alrededor de 1.000 euros. Si comparas esto con una cuota mensual de 40 euros en un gimnasio comercial, en solo dos años ya habrías amortizado tu inversión. Y si entrenas de por vida, el ahorro es enorme.
Beneficios Adicionales de Tener un Gimnasio en Casa
1. Ahorras Dinero en Ropa Deportiva
En un gimnasio comercial, muchas personas gastan dinero en ropa deportiva de marca para ir espléndidos y espléndidas al gimnasio. En casa, puedes entrenar con ropa vieja o incluso sin camiseta en verano. Esto supone otro ahorro (aunque sea poco) a largo plazo.
2. Un Gimnasio para Toda la Familia
Si tú y tu pareja vais al gimnasio, el gasto se duplica. En cambio, si ambos entrenáis en casa, amortizáis la inversión en la mitad del tiempo. Además, si tienes hijos, verán el entrenamiento como algo normal y se interesarán más por el ejercicio físico, que siempre es una ventaja.
3. Optimizas (mucho) tu Tiempo
El mayor beneficio de tener un gimnasio en casa es el tiempo que ahorras. Aunque los gimnasios son cada vez más accesibles, sigue habiendo desplazamientos, esperas para usar equipos y otras molestias.
Si tienes un gimnasio en casa, no pierdes tiempo en traslados, puedes entrenar cuando quieras y ajustar tu rutina a tu estilo de vida. Es la mejor inversión que puedes hacer por tu salud y tu tiempo.
Ten en cuenta que tu tiempo es el activo más valioso que tienes. Y de hecho, cada año es incluso más valioso simplemente porque cada año te queda menos. Eso significa que proteger tu tiempo es lo más importante que debes hacer y un gimnasio en casa sirva exactamente para eso, para proteger tu tiempo.
Por todo esto, montar un gimnasio en casa es una decisión inteligente tanto en términos económicos como de salud. Pagas más al principio, pero lo amortizas rápidamente y te beneficias de entrenar en cualquier momento, con comodidad y sin pagar mes a mes.
Si aún no tienes tu propio gimnasio en casa, ¿Qué estás esperando?