Tus padres te decían que el desayuno es la comida más importante del día. Pero ahora tu influencer fitness de confianza te dice que no, que no hay que desayunar, porque los ayunos molan.
Pues yo sigo siendo del equipo desayuno y hoy te voy a explicar por qué.
Al desayuno siempre se le ha dado una importancia enorme en la alimentación.
Aunque es paradójico porque al mismo tiempo que se le da mucha importancia, se usan los peores alimentos y la mayor basura posible: galletas de desayuno, cereales de desayuno, bollería, chocolates…
En cualquier caso desayunar o no técnicamente no es relevante, porque al final la alimentación es un juego de 24 horas.
Pero si hablamos del desayuno, ahora la tendencia es evitarlo. Seamos claros, es mucho más cómodo levantarse por la mañana, beberte una taza de café o simplemente agua y salir disparado para el trabajo. Saltarse el desayuno es bastante práctico.
Además, no nos paran de repetir los beneficios que tiene ayunar: Mejoras la sensibilidad a la insulina, aumentas la quema de grasa, tiene efectos anti-edad… Según parece, tiene más beneficios que el Aloe Vera. Hoy no quiero hablar de los ayunos (ya lo he hecho en muchos otros episodios), y simplemente quiero hablar del desayuno:
El desayuno es técnicamente la primera comida que haces en el día, por tanto no quiero entrar en si esa comida la haces nada más levantarte o ayunas 5 horas y la haces 5 horas después de levantarte.
A pesar de todo, yo sigo apostando por la importancia del desayuno
Es la primera comida que hacemos tras levantarnos, es la comida que establece tus intenciones de alimentación para el resto del día.
Si te saltas el desayuno, estarás haciendo una declaración de intenciones a tu cuerpo y a tu cerebro. Les estás diciendo ¡No te voy a alimentar! Y tu cuerpo, obviamente como respuesta, se ve obligado a cambiar su segregación hormonal incrementando la cantidad de cortisol y adrenalina entre otras cosas, para reaccionar a esa declaración de intenciones. A corto plazo esto es bueno, porque estas hormonas suprimen el apetito (por eso las eleva tu cuerpo) y es la razón de que mucha gente sienta que se adapta muy bien al ayuno, porque no tienen hambre. Pero en realidad lo que hace tu cuerpo es tratar de apagar un fuego que has provocado tú.
Por otro lado, si en lugar de saltarte el desayuno, optas por comer un desayuno poco saludable, el mensaje que le estás dando al cuerpo es: ¡Ya he fastidiado la dieta, mañana me pongo en serio! Realmente es una forma de darte permiso para seguir comiendo alimentos poco saludables durante el resto del día.
Haciendo buenas elecciones nutricionales en el desayuno, el mensaje es completamente distinto. Le estás dejando claro a tu cuerpo la intención de mantenerlo nutrido. Estarás construyendo la base sobre la que vas a comer ese día.
Esa es la «magia» que tienen los primeros momentos del día, como ya dejó claro el almirante William H. McRaven:
Si quieres cambiar el mundo, empieza por hacer tu cama. Si haces tu cama cada mañana, habrás completado la primera tarea del día. Eso te dará una pequeña sensación de orgullo y te animará a completar la siguiente tarea. Y luego otra. Y otra. Y al final del día, esa primera tarea realizada se habrá convertido en muchas tareas realizadas.
Hacer tu cama también reforzará el hecho de que las pequeñas cosas de tu vida importan y que si no eres capaz de hacer bien las pequeñas cosas, tampoco serás capaz de hacer bien las grandes. Y si por casualidad resulta que tienes un día horrible, al menos llegarás a casa y verás una cama hecha. Una cama que tú has hecho. Y una cama hecha te da la esperanza de que mañana será un día mejor.
—William H. McRaven
Por eso lo primero que haces en el día es tan importante en todos los ámbitos incluyendo la alimentación.
Además, esa primera comida, es la primera oportunidad para meter los micronutrientes necesarios y que poca gente les presta atención. Puedes salir de tu casa con las CDR (cantidades diarias recomendadas), casi cubiertas.
¿Por qué quieres desperdiciar esa oportunidad?
Por supuesto, si tu intención es desayunar galletas dinosaurio, entonces mejor sáltate el desayuno.
Pero eso no es un punto a favor del ayuno, es un punto en contra de tu alimentación.
Incluso, hacer un buen desayuno puede que no sea bueno solamente para empezar el día con el pie derecho, sino que a nivel fisiológico puede que haya algo más.
Según la investigación de Jakubowicz D et al: «Hacer un gran desayuno podría tener beneficios positivos en la pérdida de peso».
En el estudio se dividió a los participantes (93 mujeres con obesidad) en dos grupos durante 12 semanas. Un grupo consumiendo la comida más grande del día en el desayuno y el otro consumiéndola en la cena.
Ambos grupos consumieron 1.400 kcal.
El resultado fue que el grupo que hizo en el desayuno la comida más grande del día tuvo una mayor pérdida de peso y una mayor reducción del perímetro de la cintura que el otro grupo, aun consumiendo las mismas calorías.
¿Es concluyente este estudio? Por supuesto que no, seguro que habrá otros con diferentes resultados incluso con resultados opuestos. Lo que a mi me interesa es lo que simboliza el desayuno:
La primera oportunidad del día que puedes aprovechar para nutrir a tu cuerpo.
Al fin y al cabo como dice el proverbio chino:
«De la intención brota la acción,
De la acción brotan los hábitos,
De los hábitos brota el carácter,
Desde el carácter se desarrolla el destino»
Por eso yo soy del «equipo desayuno» y por eso también en la academia enseño el mejor desayuno que puedes hacer. El desayuno de los campeones.