Adherencia: ¿Por qué fallamos al intentar desarrollar nuevos hábitos?


Cuando hablamos de cambiar un estilo de vida, los hábitos que logremos desarrollar son la clave para poder llevar a cabo ese nuevo estilo de vida, ese que deseamos y que siempre hemos querido. Pero desarrollar nuevos hábitos no es algo fácil, romper con la rutina de toda una vida para, de repente, empezar a construir algo desde 0 parece muy complicado.

Realmente, desarrollar nuevos hábitos es complicado, pero tiene que ser así, si fuera fácil no sería un reto, no le daríamos valor. No obstante, no siempre conseguimos implementar esos hábitos, no siempre conseguimos llegar a la cima de la montaña. A veces nos rendimos antes, tiramos la toalla y esperamos al siguiente lunes para volver a intentarlo. El lunes empiezo puede ser una de las frases más repetidas de la historia. Pero ¿Por qué ocurre esto? ¿Por qué fallamos al intentar desarrollar nuevos hábitos?

Es una pregunta compleja y seguramente habrá muchas respuestas distintas y todas ciertas. Pero hace unos días, James Clear, un reconocido autor que escribe sobre hábitos, fijación de objetivos, creatividad y productividad, llevó a cabo una encuesta con sus seguidores para descubrir qué era lo que nos frenaba a la hora de conseguir fijar nuevos hábitos.

A mi me pareció una idea bastante interesante y después de hacer la encuesta, James nos envió los resultados con los 8 motivos por los que no conseguimos fijar nuevos hábitos. Estos resultados están basados en más de 5.000 respuestas, por lo que es una muestra considero que suficientemente amplia para tomar en serio los resultados. Y hoy voy a compartir contigo estos resultados:

Resultados de la encuesta ¿Qué es lo que nos frena? ¿Por qué no conseguimos adherencia en nuestras metas?

  1. No tenemos tiempo: El primer motivo siempre es el tiempo. Vivimos en un mundo de locos donde encontrar tiempo para algo es una odisea. Todo es una prioridad, las 24 horas del día ya no son suficientes, y con todas estas cosas ocurriendo es bastante fácil perder perspectiva y abandonar nuestras buenas intenciones de crear nuevos hábitos.
  2. La procrastinación: Sabes lo que tienes que hacer pero no lo haces. Quieres levantarte pronto y aprovechar la mañana pero cuando suena el despertador pensamos: «5 minutitos más…», quieres ir a entrenar después de trabajar pero ha sido un día largo y complicado, además hace frío fuera y el sofá parece que te atrapa, mañana será otro día piensas y te sientas a esperar una motivación que por una u otra razón nunca llega.
  3. Planificamos demasiado: Planificar es algo bueno, tener un plan es siempre una buena herramienta para lograr cualquier cosa. El problema empieza cuando los planes que hacemos hacen más complicada la situación. Los planes están para simplificar, no para complicar. Somos geniales para planificar nuevos hábitos o comportamientos, pero bastante malos para llevarlos a cabo.
  4. La situación nos supera: Una vez que sabes lo que tienes que hacer y cómo lo tienes que hacer, te quedas paralizado al ver el camino tan largo que tienes que recorrer. Lo ves tan lejano que parece imposible llegar ni siquiera a acercarse a ese objetivo inicial que te planteaste.
  5. Nos aburrimos: Este es muy común, como dice mi madre, salidas de caballo, paradas de burro. Cuando llevamos un par de semanas con nuestro nuevo comportamiento, la motivación inicial comienza a desvanecerse, los cambios apenas se notan y tenemos la sensación de estar aburridos. Queremos un cambio del cambio, y es entonces cuando buscamos algo nuevo y volvemos a repetir el ciclo.
  6. Retrocedemos: Tienes determinación por lograr adherirte a tus nuevos hábitos, pero nunca consigues llegar al final. Tras un par de días de buenas intenciones, rompes con todo y vuelves de nuevo a la casilla de salida. Parece que cualquier contratiempo te saca de tu rutina y te impide volver a ella donde la dejaste. En lo personal considero que esto es bastante absurdo, tener un desliz, contratiempo o como quieras llamarlo, no es motivo para tirar todo por la borda y volver a comenzar de nuevo. Esto se ve mucho con la alimentación, te encuentras muy motivado, vas haciendo todas tus comidas perfectamente, te sientes genial y de repente, comes algo que no deberías. En lugar de volver de nuevo al camino que llevabas, ignoras por completo tu alimentación saludable y comes todo lo que se te pone por delante para empezar de nuevo el lunes a hacer las cosas bien. Esto no tiene sentido, es como arañar accidentalmente tu coche aparcando en el garaje, y arañarlo por todas partes con la excusa de decir «-Bueno, como tiene que ir al taller de todas formas ya que más me da». Lo que estás haciendo es convertir un daño minúsculo en un daño severo.
  7. Caemos en la tentación: Siempre que pensamos en el futuro nos comprometemos con nuestro cambio, pero a la hora de la verdad, a la hora de actuar, somos incapaces de tomar la decisión acertada.
  8. Dejamos de creer en nosotros: Después de haber sufrido varios intentos de hacer algo, nuestra confianza en nosotros se ve mermada, nos sentimos atrapados e impotentes. Has intentado todo y nada funciona para ti. Te repites esto hasta que te lo crees y entonces ¿Por qué molestarse?  ¿Por qué intentar conseguir algo que sabemos que no conseguiremos nunca?

Seguro que te has encontrado con alguno de estos retos a la hora de iniciar un cambio importante. Pero el problema no son los hábitos, el problema es la estrategia. Todo el mundo puede crear nuevos hábitos, no importa las veces que lo hayas intentado en el pasado.

Pero para desarrollar nuevos hábitos necesitas adherencia, y la adherencia también se tiene que desarrollar. Así que, para desarrollarla, te sugiero que sigas estos 4 pasos:

Ten un propósito firme

Tener un propósito no es tener una idea, o querer algo vágamente. Tener un propósito es saber exáctamente donde quieres llegar ¿Quieres perder peso? ¿Cuánto? ¿Quieres levantarte más temprano por la mañana? ¿A qué hora? Cuanto más preciso seas con este punto más fácil será visualizar tu nuevo yo.

Toma acción

Ten un plan y llévalo a la práctica, como hemos visto antes, no necesitas que el plan esté muy elaborado, solo necesitas seguirlo. No vayas al gimnasio porque te apetece, ve al gimnasio porque es parte de tu rutina. Tomar acción solo cuando te apetece no es sostenible.

Evita la negatividad

La negatividad es un estado mental, ver la botella medio llena o medio vacía solo depende de ti. Si lo único que entra en tu mente son pensamientos negativos, ten por seguro que tendrás resultados negativos.

Rodéate de gente que te apoye

Tener a tu lado gente que persigue los mismos objetivos es de mucho valor. Sentirse parte de un grupo con los mismos intereses y/o objetivos hace que la adherencia se multiplique. Detrás de cada campeón hay un gran equipo. Da igual si eres más de Messi o de Ronaldo. Al final, los que marcan la diferencia son los 11 jugadores que hay sobre el campo. Escoge a la gente con quien compartes tu tiempo sabiamente.

Formar un nuevo hábito es una decisión pero el camino a recorrer pasa por tener adherencia con ese compromiso que has hecho contigo mismo. Si quieres lograr tus objetivos, debes tener esto en cuenta.


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