Hoy quiero hablaros de los programas de transformación. Ya sabéis, esos programas que te prometen transformar tu cuerpo en un tiempo record, generalmente en 4, 6, 8 semanas, o puede incluso que 12 semanas.
Y normalmente, cuanto más pequeño es el espacio de tiempo, más cosas drásticas tienes que hacer, pero es algo a lo que estás dispuesto, porque al fin y al cabo, como solo son 4 semanas, pues parece que ves la luz al final del túnel. Parece que puedes transformar tu cuerpo en poquito tiempo. Además, nos viene bien porque normalmente nos entran las prisas cuando vemos que va llegando Mayo, que ya va abriendo el sol, y nos miramos al espejo y no nos vemos como nos gustaría. Es entonces cuando nos ponemos a buscar desesperados la forma de llegar a punto al verano.
Tu transformación en 12 semanas
Al preguntarle a Google la solución más fácil y rápida para nuestro problema, es cuando acabamos en las redes de estos gurús que ofrecen su programa milagroso de transformación. Y normalmente, las consecuencias de acabar aquí, son bastante desastrosas.
Pero ¿Por qué nos lo creemos? ¿Tan ingenuos somos? ¿Creemos realmente que 12 semanas de duro trabajo pesarán más que 30 años de malas decisiones? Lo cierto es que somos bastante excépticos. El ser humano lo es por naturaleza. Pero los «mesías fitness» tienen un arma muy poderosa: Las fotografías del antes y después.
Fotografías del antes y el después: Un arma sin munición
Es muy fácil destapar un discurso de cualquiera de estos personajes que arrastran por el suelo la palabra fitness ya que todos tienen la misma estructura:
- La industria quiere engañarte
- Tu situación actual no es culpa tuya
- Es más fácil de lo que parece
- Yo te voy a mostrar el camino
Todo esto suena un poco a teletienda, pero cuando nos queremos dar cuenta ¡Bam! Aquí tienes una fotografía de una transformación física de alguien que podrías ser tú. Y entonces vemos 2 fotografías. Una primera fotografía de alguien triste, con los hombros echados hacia adelante, sin depilar, con una iluminación pésima y con un sobrepeso latente. Y luego, una segunda fotografía en la que la persona parece el Capitán América. Y a eso lo llaman transformación.
Sin embargo, ese impacto visual es muy determinante y es lo que te hace dar el paso y comprar lo que sea que te estén vendiendo (en muchos casos humo). Esas fotografías te hacen creer que tú puedes. Te hacen pensar que quizás esta persona tiene la solución definitiva a tus problemas.
La realidad que hay detrás de las transformaciones
Sinceramente, no tengo ningún problema con el marketing que cada quien quiera aplicar. Pero sí que tengo problemas con las promesas que no se pueden cumplir. Nadie puede prometerte una transformación en 12 semanas. Asúmelo, no es posible.
¿Qué puedes tener un gran avance en 12 semanas? Sí, por supuesto ¿Qué esas 12 semanas pueden ser las semanas que más cambios notes (básicamente por ser las primeras)?, Claro, también es cierto. Pero de ahí a llamarse transformación, hay mucho camino.
Yo llevo mucho tiempo entrenando y metido en gimnasios y he visto a mucha gente ir y venir. He visto a gente darlo todo durante unos cuantos meses, y tener muy buenos resultados, otros que han tenido resultados aceptables y otros que han tenido resultados más modestos, pero nunca he visto una transformación en 12 semanas, y nunca llegaré a verla porque eso no existe.
Esas fotos tan asombrosas que vemos, no son una prueba de la transformación, son una prueba del camino que se está siguiendo. Porque al menos yo, lo que entiendo por transformación es lo que se ve en las películas. Por ejemplo a Peter Parker, le pica una araña y ya es Spiderman. Hay una transformación. Cuando Tony Stark se pone el traje, ya es Ironman. Eso son transformaciones, porque son personas distintas. Pero cuando tú en 6 semanas, haces todo lo posible para conseguir abdominales, por ejemplo ¿Qué has transformado? Sigues siendo la misma persona tomando medidas desesperadas para conseguir algo que crees que enriquecerá tu vida pero lo que realmente va a hacer con esa mentalidad es complicártela, no enriquecerla.
Las transformaciones SÍ existen
Aunque todo lo anterior te pueda hacer pensar que no creo en las transformaciones, lo cierto es que sí que creo en ellas. De hecho, ningún objetivo físico tiene sentido si no hay una transformación previa. En lo que no creo, es en las transformaciones de X semanas, o peor aun, de X días. Pero yo siempre digo lo mismo:
Si quieres conseguir algo que nunca has conseguido, tienes que ser alguien que nunca has sido.
Pero eso no tiene nada que ver con unas fotos delante del espejo.
Normalmente esas fotos tan impresionantes, se consiguen a base de azotar al cuerpo, de obligarle a hacer algo que no quiere, de hacérselo pasar mal, de tirar de esa fuerza de voluntad, y tirar y tirar hasta que no se pueda aguantar más. Hasta que se complete ese programa de transformación ¿Y luego qué? ¿Cuál es tu plan?
Por eso, esas fotos no dicen absolutamente nada, y por muy impresionantes que parezcan, eso no refleja ninguna transformación. Sí, tiene mucho mérito, y eso tampoco hay que negarlo, pero la foto que a mi me interesa es la de después, de la de después ¿Qué ocurre cuando han pasado esas 12 semanas? Si de verdad te has transformado, es de esperar que las 12 semanas siguientes tendrás aun mejores resultados, y las 12 semanas siguientes mejores resultados aún, y así sucesivamente. Aunque los cambios vayan siendo menos drásticos, teóricamente si te has transformado, tienes que estar mejor cada día. Pero eso no es lo que ocurre, lo que ocurre es que hacemos la transformación de turno, nos vemos muy bien y 12 semanas después estamos peor que al principio.
Transfórmate, pero de verdad
El mayor problema de las transformaciones, es que se basan únicamente en el resultado, en el antes y el después y no en lo que ocurre entre esas 2 fechas. Porque entre esos 2 momentos tienen que suceder muchas cosas, algunas a nivel físico, otras a nivel mental y otras a nivel de comportamiento. Y eso no sale en las fotos.
Entonces, los puntos clave que quiero tocar hoy sobre las transformaciones son dos:
- Una transformación va a llevar mucho más tiempo del que piensas y generalmente no se habla ni en días ni en semanas ni en meses, sino que estamos hablando de años, pero esto es algo que nadie quiere oir. Porque si sale alguien y dice «transformate en 3 años», pues eso no vende, porque yo a Benidorm me voy en mes y medio no me puedo esperar 3 años. Pero es la realidad. Además que cuanto antes ves resultados, mucho más fácil es perderlos, porque los resultados más rápidos implican medidas más drásticas.
- La clave de una transformación no son ni los ayunos intermitentes, ni cortar carbohidratos, ni el cardio en ayunas, ni nada de eso. La clave es la constancia, y el desarrollo de nuevos hábitos que consigan reemplazar a los hábitos poco saludables que tenías al principio. Eso sí es una transformación, pero igual, eso no se consigue de la noche a la mañana, esto es un proceso constante, y cuanto más lejos llegues, más buenos hábitos podrás ir implantando.
Esto sería una transformación en la vida real:
- Primer mes: Decides subir y bajar las escaleras al ir a trabajar.
- Segundo mes: Decides ir al gimnasio 2 veces por semana.
- Tercer mes: Decides fijar tus horarios de comidas y no picar entre horas.
- Cuarto mes: Decides incrementar tu consumo de frutas y verduras.
Y así sucesivamente.
Eso es una transformación. Y puede que los resultados visibles en 6 semanas de estas medidas tan modestas, no sean tan atractivas como los resultados que estamos acostumbrados a ver en las fotografías del antes y el después. Pero eso es la esencia de una transformación, el ser otra persona, no en ser la misma persona pero con abdominales. Eso ni es transformación ni es nada, eso es una transformación de pacotilla.
Tu entrenamiento y tu alimentación debe ser algo que forme parte de tu vida, no algo que haces para poder tener la vida que quieres. Y ese es el punto clave que quiero transmitir, que vuestra transformación física no depende de una fotografía, sino de un proceso que tienes que seguir, y que aunque suene desalentador, nunca acaba, y siempre quieres seguir progresando, seguir mejorando, y cuando te concentras en seguir el proceso y en disfrutar de él, es cuando te olvidas de las tonterías de las transformaciones. Al fin y al cabo:
Si no eres feliz durante el viaje, ¿Cómo esperas ser feliz cuando llegues al destino?