Buenas tardes a todos y bienvenidos de nuevo a un episodio del podcast donde hablaré sobre la comida procesada y es que no cabe duda que la comida procesada está en todas partes. Mires donde mires, ahí está. Si bajas a pasear al perro, es prácticamente imposible no ver vallas publicitarias con anuncios de grandes cadenas de comida rápida. También están en las marquesinas de los autobuses e incluso patrocinan eventos deportivos mundialmente conocidos. Qué ironía, ¿No? Además, a pesar de la ingente cantidad de comida basura de la que disponemos, la mayoría del mercado está controlado por solo un puñado de empresas.
El caso es que no puedes esconderte de la comida procesada y es que no solo está en estas cadenas globales de restaurantes que todos conocemos si no que también está en todos los supermercados por lo que vayas donde vayas, debes tener mucho cuidado.
El consumo de comida procesada se ha incrementado en los últimos años y en países como Estados Unidos tienen problemas más que serios con su excesivo consumo. Sin embargo, es normal este aumento del consumo de comida procesada, al fin y al cabo, como cualquier otro producto o servicio responde a la teoría de la oferta y la demanda. Si la demanda se incrementa, la oferta hace lo propio, pero ¿Por qué querríamos abandonar nuestros hábitos tradicionales de alimentación y cambiarlos por la comida procesada? Muy fácil, por la comodidad que ella supone. Vivimos en un mundo en el que las obligaciones se multiplican, tenemos decenas de compromisos diarios, vamos con prisa a todas partes y mientras todas nuestras tareas aumentan, las horas del día permanecen constantes: Todos tenemos 24 horas al día. Por eso cada vez tenemos menos tiempo y ganas de cocinar alimentos saludables aunque sabemos que la comida basura no es buena para nosotros, la consumimos por pura comodidad. Esto debe cambiar.
Cuando escuches el episodio verás por qué para muchas personas, la comida procesada no es un juego y es muy adictiva, haciendo muy difícil dejar de consumirla aunque pongas toda tu fuerza de voluntad. Las empresas de la industria alimentaria lo saben, y se aprovechan de ello. No te pierdas el episodio.
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