Prefiero que me besen antes de que me follen

Una de mis pelis favoritas de Leonardo DiCaprio es Diamantes de Sangre.

En la peli, DiCaprio hace de Danny Archer, un mercenario y traficante de diamantes en busca de un diamante muy valioso que le permitiera abandonar África para siempre

En el transcurso de la trama conoce a una periodista llamada Maddy Bowen, que está allí para retransmitir la caótica y destructiva situación en la que se encuentra Sierra Leona.

Nada más conocerse, Maddy quiere conocer más trapos sucios de los negocios de Danny, e intenta acercarse a él para sacarle información.

Cuando Danny se da cuenta de que lo único que quiere Maddy es su información, le dice esto:

Prefiero que me besen antes de que me follen

Esto significa que las cosas llevan un orden y que antes del 2 va el 1.

Por eso, antes de que puedas pedirme algo o que pueda pedírtelo yo a ti, antes incluso de que podamos hablar de cualquier cosa, el primer paso es inscribirte a mi lista de email.

Ahí es donde cada día comparto todas mis ideas, historias, vivencias, impresiones, opiniones y en definitiva, todo lo que se me pase por la cabeza. Ahí es donde puedes conocerme antes de decidir si soy el entrenador que necesitas. Si no estás en mi lista, no puedes contactarme. Es así de simple.

Porque prefiero que me besen antes de que me follen.

Y porque mi sistema de trabajo es ONLINE y eso no es algo para todo el mundo.

Mucha gente me pregunta si no necesito estar físicamente con mis clientes.

Les digo que no.

La mayoría de la gente prefiere que nadie les distraiga mientras entrenan.

La mayoría de la gente quiere ponerse sus cascos para escuchar su propia música mientras entrena.

La mayoría de la gente es capaz de cargar con su propia botella de agua.

La mayoría de la gente sabe contar sus propias repeticiones.

Entonces… ¿Por qué necesito estar ahí físicamente?

Además, cuando más falta hace un entrenador, no es cuando estás en el gimnasio, sino cuando estás fuera.

Ahí es donde realmente aparecen las dificultades.

Por eso siempre me gusta decir que mi objetivo como entrenador es muy parecido al de un profesor de autoescuela. Me siento contigo en el asiento del copiloto durante el tiempo necesario para enseñarte a conducir.

A meter las marchas.

A aparcar.

A sentir seguridad al volante.

Esa es mi misión. Una vez que consigo transmitirte esos conocimientos, mi misión acaba ahí y ya no me necesitarás tener en el asiento del copiloto.

¿Te imaginas lo raro que sería ir a todas partes pegado a tu profesor de autoescuela?

Creo que la misión de un entrenador es muy parecida. Pronto no me necesitarás, pero hasta que llegue ese momento estaré a tu lado en el asiento del copiloto. Justo como hizo tu profesor de autoescuela.

Así que, si realmente quieres saber si puedo ayudarte, solo hay una forma de averiguarlo y es inscribiéndote a mi lista.

Inscribirse es gratis y darse de baja también.

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Pd: Nada más inscribirte te regalo mi «MASTERPLAN», un manual de 21 páginas en pdf donde te enseño a aplicar el mismo plan de acción que he usado con +500 clientes para optimizar (brutalmente) su estilo de vida.