Dicen que la belleza está en los ojos del que mira, pero hay que afrontarlo: El músculo luce mejor que la grasa. Sin embargo, algunas personas y entrenadores utilizan el índice de masa corporal (IMC) para estimar el estado físico de una persona. Esto es un error.
El músculo es el tejido que hace que tu cuerpo se vea sólido y atlético (si quieres saber más sobre este tema, te recomiendo que leas este artículo), pero el tejido muscular no solo tiene un valor estético. Tu objetivo debería ser ganar y mantener tu masa muscular no solo por verte bien frente al espejo, sino por los beneficios que le reportará a tu metabolismo, a tu fuerza y a tu salud en general. Desafortunadamente, mucha gente presta muy poca atención a esto y presta mucha atención a otros factores como el índice de masa corporal y el peso que marca la báscula.
La báscula es una buena referencia para mirar, pero solo es eso, una referencia. Depositar toda tu confianza en la báscula es un gran error ya que haciéndolo no vas a saber cuánto de tu peso es grasa corporal y cuánto de tu peso es tejido magro.
La gente que «hace dieta» asocia bajar de peso con un resultado positivo y ganar o mantener peso con un resultado negativo. Pero ¿Qué pasa si esa ganancia o pérdida de peso viene de la masa muscular? El resultado en tu composición corporal sería muy distinto.
Perder peso es muy sencillo, no tiene misterio ninguno. Utiliza cualquier dieta que contenga menos de 1.000 calorías diarias y verás como tu peso se desploma (por favor, NO LO HAGAS). Como imaginarás esto es una muy mala idea y tendrá consecuencias muy negativas tanto en tu físico, como en tu salud. Muchas de esas consecuencias las explico en este episodio del podcast, así que no me detendré en comentarlas, pero lo que está claro, es que perder peso es pan comido. De hecho, solo tienes que ver a los competidores que necesitan estar dentro de un rango de peso corporal para poder competir su categoría como los boxeadores y luchadores en general. Ellos necesitan estar en un determinado peso para poder entrar en su categoría y en ocasiones, no es raro ver que estos competidores pierden grandes cantidades de peso en muy poco tiempo para el momento del pesaje. Hay muchas técnicas para ello, la mayoría basadas en el manejo del agua corporal y el glucógeno muscular, pero son solo estrategias puntuales.
Sin embargo, la mayoría de la población no tiene que enfrentarse a esta situación y por ello, el objetivo debería ser la pérdida de grasa y no la pérdida de peso. Como he mencionado, perder peso es sencillo, lo difícil es perder grasa corporal mientras mantienes/aumentas tu masa muscular. Ese es el verdadero reto y es el problema de utilizar el índice de masa corporal como indicador del estado de forma de una persona.
Priorizar la composición corporal sobre el peso corporal puede resultar difícil o extraño al principio, sobretodo con la cantidad de publicidad y propaganda barata aludiendo a la pérdida de peso, pero es algo esencial para garantizar resultados óptimos en el largo plazo.
Índice de masa corporal (IMC) y tu peso ideal
El IMC es una simple ecuación que relaciona el peso corporal con la altura del individuo. Básicamente, es una manera de calcular tu peso ideal dependiendo de tu masa corporal (peso) en relación a tu altura. Es un indicador muy extendido y popular, utilizado incluso por varias organizaciones para determinar tu estado de salud: Compañías de seguros, asociaciones médicas, deportes de equipo… Pero el IMC por sí solo es un indicador muy pobre para ese fin, pues no tiene en cuenta tu composición corporal.
Según este parámetro, un hombre que mida 1,80m con 85 kilos de peso, tendría sobrepeso. Incluso si esa persona está en un porcentaje de grasa de un solo dígito y tiene unos indicadores de salud perfectos ¿Por qué ocurre esto? De nuevo, la composición corporal.
Actualmente, en nuestra sociedad tenemos una «nueva» enfermedad denominada obesidad sarcopénica. Esta patología se produce cuando hombres y mujeres tienen un exceso de grasa corporal acompañado de una masa muscular muy baja. Esto da como resultado adultos muy débiles y con poca o nula capacidad física. Además, también son más propensos a enfermedades degenerativas y otros problemas como osteoartritis, desórdenes metabólicos y más probabilidades de muerte prematura.
Esto debería ser una llamada de atención poderosa para aquellos que solo se fijan en la relación altura/peso. La masa muscular es muy importante, no solo para el espejo sino para tu salud. Por eso, debes comprender que perder peso no es igual a perder grasa y hay una gran diferencia entre tu peso ideal y tu composición corporal ideal. Una diferencia que el índice de masa corporal no es capaz de distinguir.
Limitaciones del índice de masa corporal
El índice de masa corporal se calcula de la siguiente manera:
Se considera que padeces de sobrepeso si el resultado es de entre 25 y 29,99. En el caso de que tu imc sea de 30 o superior, se considera obesidad.
Los que proponen el uso de este indicador, consideran que es una mejor referencia a nivel de salud que el uso del peso corporal solamente. La realidad es, que el índice de masa corporal puede ser un valor útil o aceptable para la población general y no deportista. Pero si entiendes la importancia de la composición corporal (y si has leído todo lo anterior, deberías hacerlo), y tienes una mayor cantidad de masa muscular que la media (lo cual no es difícil), los resultados del IMC son de todo menos acertados.
Dos personas con perfiles corporales muy distintos y con diferentes estados metabólicos, pueden tener un IMC idéntico y ser englobados dentro de la misma categoría como muestra esta imagen:
¿Crees que ambos tienen la misma condición física y el mismo estado de salud? Yo me inclinaría a pensar que no.
Como ya advirtió el Dr. C. Everett Koop con su iniciativa llamada Shape Up America!, el índice de masa corporal es un mal indicador en 1 de cada 4 individuos y no debería usarse en atletas ya que portan mayor masa muscular que la población general, haciendo este índice mucho menos preciso aun.
No te dejes engañar por la palabra «atleta» ya que incluso si no tienes la menor intención de competir en ninguna disciplina deportiva, para llevar una vida saludable deberías tratar de mejorar tu composición corporal en favor del tejido muscular y en detrimento de la grasa.
Así que, olvídate del IMC y de tu peso ideal. En lugar de eso, aliméntate correctamente (si quieres una ayudita con eso, échale un vistazo al ebook La Salud Empieza en la Cocina), trabaja tus músculos, comprueba tus indicadores de salud periódicamente y empieza a pensar en términos de grasa corporal y no de peso corporal.
Entendí lo publicado muy bueno.