Cómo Empezar en el Gimnasio (Códigos y Buenas Prácticas)

Empezar en el gimnasio puede ser intimidante. No saber exactamente qué hacer, cómo comportarse, o qué esperar puede hacerte sentir fuera de lugar. Pero la buena noticia es que, aunque cada gimnasio tiene su diseño y su clientela, todos comparten un mismo ecosistema con códigos muy similares.

Da igual si entrenas en un gimnasio de Cuenca, Valladolid o incluso en otro país como Irlanda. Los códigos no escritos son casi idénticos. Lo viví cuando me mudé precisamente a Irlanda y, a pesar de estar en otro país, me sentí en el gimnasio igual que si estuviera en España. Ahí era donde más cómodo me sentía porque ya conocía esas reglas invisibles que te hacen moverte con soltura.

Rutina de entrenamiento para principiantes en el gym

Para ir al gimnasio, es fundamental tener un plan. Puedes optar por la clásica rutina que te manda el monitor del gimnasio o usar alguna otra como el Programa Lanzadera, que recomiendo especialmente porque cubre ejercicios, series y progresiones específicas para novatos.

Así que, lo que tienes que hacer ya está cubierto a la perfección en el Programa Lanzadera, pero hoy no toca hablar de eso, hoy toca hablar de cómo interactuar y fluir dentro del gimnasio.

1. Saluda

El primer consejo que voy a dar fue el consejo que me dieron a mi en el vestuario del primer gimnasio en el que estuve y es algo tan simple como saludar cuando entras y despedirte cuando te vas. Y probablemente pienses que esto es algo muy básico y casi estúpido que alguien te esté diciendo que cuando vayas a los sitios des los buenos días o las buenas tardes, pero es que hay mucha gente que no lo hace. Yo de hecho, no lo hacía.

Yo empecé en el gimnasio con apenas 18 años y me apunté a un gimnasio de barrio, de los de antes, donde la gente que había era gente de 30, 40 y más años, yo era el único jovencillo y me daba un poco de vergüenza interactuar. Entraba y salía del vestuario como un fantasma sin decir hola ni adiós tratando de pasar desapercibido. Pero un día me cogió un tío de los veteranos y me dijo:

Mira chaval, cuando vayas a un sitio tienes que acostumbrarte a dar los buenos días aunque no te conteste nadie, porque no lo haces por ellos. Lo haces por ti. Porque es una cuestión de educación y de respeto. Y esos atributos son tuyos y de nadie más. Y cada vez que expones esos atributos van a jugar a tu favor.

Y entendí que tenía razón y desde entonces siempre que voy a cualquier sitio donde hay más gente, el primero que saluda o que se despide soy yo. Y muchas veces el resto de personas no te devolverán el saludo, pero da igual porque como me dijo este hombre lo hago por mi no por ellos.

Así que siempre que vayas a un gimnasio (y a cualquier sitio en realidad), saluda en voz alta y firme al entrar y despídete al salir.

2. Usa toalla

Aunque no sea obligatorio, porque en algunos gimnasios se especifica que es obligatorio y en otros no, siempre lleva una toalla. Aunque no sudes, da igual.

Que por cierto, si no sudas nada el problema que tienes no es que no sudes sino que probablemente no estés entrenando, pero esto es otra cuestión para otro momento. El caso es que vas a usar un material compartido y por una cuestión básica de higiene asegúrate de poner tu toalla cuando usas una máquina o un banco o cualquier otro equipamiento.

Yo de hecho a día de hoy que entreno con mi propio equipamiento en casa, sigo poniendo la toalla en los bancos porque así también se preserva mejor el equipamiento.

3. Pide tu turno

Cuando vas al gimnasio con un plan y sabiendo lo que tienes que hacer, es muy probable que justo lo que te toca hacer ahora esté ocupado por otra persona.

Y aquí hay mucha gente que se desespera o se frustra porque quieren hacer una cosa y está ocupada, así que tratan de buscar un ejercicio sustituto pero resulta que también está ocupado y al final te quedas con la sensación de que no puedes hacer nada porque hay gente en todos sitios.

Pero esto se soluciona muy fácilmente pidiendo «el turno» en el gimnasio. Es decir, no hace falta que busques una alternativa a ese ejercicio si está ocupado, lo único que tienes que hacer es acercarte y hacer esta pregunta:

Hola, perdona, ¿Cuántas series te quedan?

Igual te dice, «pues me queda una y termino», así que le dices «vale pues me espero y ahora me pongo yo», o igual te dice «pues acabo de empezar», o me quedan 2 o 3 o las que sean. Y en ese caso le dices:

Vale, ¿Te importa que nos turnemos?

Que es una pregunta pero en realidad no es una pregunta porque lo normal es que te diga que no hay problema. Es muy raro que te diga que no. Así que cuando termine esa persona su serie, pues tú pones tu peso y haces la tuya y luego se vuelve a poner él.

Y esto funciona en ambos sentidos, es decir, si alguien se te acerca y te pide turnaros en una máquina, tú tienes que decir que si, porque así es como funcionan estas dinámicas. Al final, una serie dura unos 30 segundos, o un minuto como mucho, el resto del tiempo la máquina está sin usar. Entonces es absurdo que no te turnes con las personas porque la mayor parte del tiempo ni esa persona ni tú vais a estar usando la máquina, así que os podéis turnar perfectamente y mientras uno trabaja el otro descansa. Incluso diría que puede haber hasta 3 personas en una misma máquina turnándose sin problema. Más de 3 ya si que puede ser un problema porque si en cada serie tienes a 3 personas delante vas a tener que descansar demasiado, así que ahí si que quizás sea recomendable buscar una alternativa.

Y otra cosa, si hay varias máquinas iguales y tienes que pedirle el turno a alguien, ve a la persona que mueve más o menos el mismo peso que tú si es posible. Esto no es una obligación, pero especialmente si vas a usar una máquina de discos, es mejor que te turnes con alguien que mueve más o menos tus mismos pesos, que turnarte con alguien que mueve mucho más o mucho menos que tú porque en cada serie os va a tocar cambiar muchos discos. Si la máquina es de placas no hay estos problemas porque cambiar el peso es muy rápido y fácil, pero bueno yo te cuento los diferentes casos que te puedes encontrar.

4. Pide ayuda

Siguiendo con el tema de turnarse, otra cosa que no debe dar vergüenza ni apuro es pedir ayuda, especialmente en ejercicios como típico press de banca o presses con mancuernas etc. En general, a nadie le va a importar hacer de spotter (el spotter es la persona que te ayuda en el ejercicio). Tú te acercas a una persona y le dices:

-Perdona ¿Me puedes echar un ojo en el press?

Y te van a ayudar. Tienes que dar con alguien muy estúpido para que te diga que no.

Y esto es necesario, sobre todo cuando hay posibilidad de fallar y de no poder salir solo del ejercicio. Yo por ejemplo me he quedado pillado haciendo press de banca varias veces y he ayudado a otras muchas personas que se han quedado pilladas por no haber pedido ayuda. Que muchas veces no la pides por no molestar, pero si crees que hay alguna opción de no poder salir, pídela porque a la otra persona no le va a importar.

Al contrario, muchas veces te lo tomas como una muestra de respeto o un halago que alguien te lo pida a ti, porque se entiende que cuando pides ayuda a alguien, se la pides a alguien con experiencia, porque esa es otra, hay que pedir ayuda pero también hay que saber ayudar y no todo el mundo sabe. Por supuesto, al primero que le deberías pedir ayuda es al monitor de gimnasio, primero porque es su trabajo y segundo porque ya te aseguras que es alguien que se supone que sí que va a saber ayudar.

Pero ahora como cada vez está más de moda prescindir de los monitores de gimnasio, pues probablemente no te quede más remedio que pedir ayuda a un civil como tú.

5. Coloca el material en su sitio

Cuando termines de usar algo, vuelve a colocarlo en su sitio. Deja la máquina vacía (a no ser que después de ti venga otra persona que te ha pedido el turno) que entonces lo normal, es preguntarle:

¿Quieres que te quite el peso?

Y lo normal también es que la otra persona te diga que no hace falta que ya lo quita él o ella. O a lo mejor te dice que sí, que le ayudes a quitarle algo de peso y la vaciáis entre los 2. Pero si te vas de una máquina donde has usado discos, la máquina se tiene que quedar vacía y lo mismo con las mancuernas. Terminas de usar las mancuernas y las mancuernas al mancuernero, porque donde las personas van a ir a buscar las mancuernas, es al mancuernero y si no están ahí es porque alguien las está usando, pero si no, de vuelta al mancuernero, no se pueden quedar por ahí abandonadas en el gimnasio o ni siquiera a los pies del mancuernero. Se suben al mancuernero.

Y lo mismo con las barras, con los discos y con todo. Cada equipamiento del gimnasio tiene su sitio, así que cuando terminas, lo dejas otra vez en su sitio, especialmente en máquinas como la prensa de piernas que la gente pone una cantidad enorme de discos (que luego casi todo ese peso no es porque lo necesiten sino más bien por alimentar el ego y ya está), pero te cargan la maquina hasta arriba y luego se van y la dejan así.

Así que si estás fuerte para levantar tanto peso, estás igual de fuerte para descargar la máquina. De hecho en algunos gimnasios que he estado te suelen poner algún cartel que dice:

«Recuerda que recoger las pesas también te pone fuerte».

Que es una manera elegante y cómica de decirte que recojas lo que pones por el medio.

6. Respeta el espacio de las personas

Por ejemplo si hay una persona justo delante del espejo haciendo un curl de biceps, si tengo que pasar por ahí, en lugar de pasar entre el espejo y la persona e interrumpirle la concentración, paso por detrás.

Lo mismo si está delante del mancuernero, aunque aquí aprovecho para decir, que si vas a hacer algún ejercicio con mancuernas no te pongas pegado al mancuernero, aléjate un par de pasos porque si estás muy cerca del mancuernero, estás impidiendo que se puedan coger otras mancuernas, así que te alejas un poco y usas tus mancuernas y dejas vía libre para que el resto de personas puedan acercarse a coger otras mancuernas o lo que sea.

Normalmente por regla general intenta que el ejercicio que hagas no esté muy cerca de otro equipamiento porque aunque no estés usando ese otro equipamiento vas a impedir que otro lo pueda usar porque no se va a poner justo al lado de ti. Es como poner la sombrilla en la playa, tú la pones cerca de otra persona pero no invades su espacio ni la pones justo justo al lado, porque le dejas cierto margen. Pues en el gimnasio es igual, intenta respetar siempre el espacio de los demás e intenta no dificultar el entrenamiento al resto.

Lo mismo de respetar el espacio aplica a cualquier interacción. Es decir, si quiero turnarme con alguien, no voy a preguntarle mientras esa persona está haciendo el ejercicio, voy cuando está descansando, porque mientras estás haciendo el ejercicio tú debes estar concentrado en el ejercicio y el resto de personas deberían estar concentradas en el ejercicio, así que no es un buen momento ni para pedirle turnaros, ni para pedirle el instagram ni nada. Hay que respetar cuando la otra persona está entrenando y por supuesto los demás tienen que respetar cuando estáis entrenando vosotros.

7. Respeta el equipamiento

Si vas a estar con el móvil haciendo el monguer, lo haces de pie y en una esquina donde no estorbes a nadie, porque dios sabrá por qué estás en un gimnasio haciendo el tonto lava con el teléfono porque eso no te está sirviendo de nada. Pero aunque no te sirva a ti, tú sabrás lo que haces o dejas de hacer, pero el problema es que estás ocupando una máquina que alguien podría querer usar. Y la estas ocupando no para hacer el ejercicio, sino para hacer el idiota. Y sienta muy mal que tú quieras hacer una máquina y veas que está ocupada por un tipo que no levanta la vista del teléfono. Así que respeta al resto de usuarios y respeta el equipamiento.

Y algo básico de respetar el equipamiento, es no tirarlo al suelo. Me da igual que Ronnie Coleman tirara las mancuernas de 100 kilos al suelo. Ni tienes que darle esos golpazos al suelo, ni tienes que dárselos a las mancuernas. Además, que cuando tiras las mancuernas o cualquier otra cosa, estás perdiendo el control del ejercicio y aunque alguna vez para salir del ejercicio tirar las mancuernas paradójicamente pueda ser la única forma segura de salir, no puede ser la norma. El material siempre hay que tratarlo en condiciones y siempre digo que se trate el material del gimnasio como si fuera tuyo. Y si fuera tuyo ya te digo que no te haría gracia que alguien lo tratara de esa manera, así que si las mancuernas vuelven al suelo, las dejas tú en el suelo, pero no las tiras.

A grandes rasgos así es cómo deberían comportarse todos los usuarios del gimnasio. Los nuevos que recién empiezan y los antiguos que normalmente, al menos los que ya llevan muchos años entrenando, ya se comportan así. Pero ahora creo que es más necesario que nunca hablar de esto porque cada vez hay más gente apuntada en los gimnasios y se han convertido más en un centro social que en un lugar donde ir a buscar rendimiento, así que creo que este tipo de consejos y de códigos hay que mantenerlos vivos para que los gimnasios sigan siendo esos lugares tan mágicos que eran antaño


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